Deuda buena y deuda mala, ¿diferencias?

por Jesús Martínez
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¿Realmente existe la deuda buena y deuda mala? Te sorprenderá saber, que sí. Por ello, queremos que conozcas las diferencias entre ellas.

Diferencias entre deuda buena y mala

Como sabrás, no todas las deudas son iguales. Son vistas como algo negativo y es normal huir de ellas. Claro que, mientras unas nos empobrecen otras nos podrían ayudar a ganar dinero. Por eso debes conocer bien en qué se diferencian:

¿Qué son las deudas malas?

Las deudas malas son las que contraemos al comprar algo que no podemos pagar al contado. Algunos de los principales ejemplos de deudas malas están a la orden del día y son la hipoteca de una casa, la compra de un coche, etc. Pero también puede ocurrir con las compras que se pagan con la tarjeta de crédito.

Son deudas malas debido a que nos mantienen atados a ir devolviendo una cantidad de dinero en el futuro junto con unos intereses. Por lo que no reportan beneficios aparte del consumo del bien. Sirven para comprar pasivos y no ofrecen rentabilidad económica, es más, nos hacen perder libertad financiera al sentirnos endeudados durante un determinado tiempo.

Además, por otro lado tenemos las deudas muy malas y que debemos evitar en la mayor medida de lo posible. Nos referimos a las que tienen un TAE muy alto. Son peligrosas porque en muchos casos las personas sienten que no terminan de pagar nunca una deuda, ya que se endeudan una y otra vez para hacer frente a ello.

¿Qué son las deudas buenas?

Cuesta creer, así de salida, que existan deudas buenas. Pero sí. Puede que no te refieras a ellas como ‘deudas’ pero lo cierto es que lo son. Consisten en pedir dinero prestado para realizar inversiones o adquirir bienes con el objetivo de obtener una rentabilidad, un flujo de dinero hacia el bolsillo.

Es decir, en estas deudas buenas se compran activos con el objetivo de que nos reporten una rentabilidad. Porque aunque a pesar de que van asociadas igualmente al pago de intereses y comisiones, salimos ganando con la rentabilidad obtenida.

Un ejemplo, es la compra de una vivienda que luego se va a destinar al alquiler. Si se paga 500 euros al mes de hipoteca y se alquila en 800 euros al mes, se están obteniendo 300 euros de beneficio todos los meses. Por lo que estaremos sujetos a una deuda, pero a una deuda buena, ya que gracias a ella ganamos dinero.

Encontramos otros ejemplos, como la compra de los bienes cuyo valor se espera que aumente con el paso de los años. Pueden ser antigüedades, coches de época, quizás una financiación en una empresa, etc. Hay muchas opciones en cuanto a ‘deudas buenas’ que nos permiten pedir un dinero y obtener más a cambio.

¿Qué son las deudas buenas?

¿Qué diferencias hay entre deudas buenas y malas?

Para terminar de entender bien las diferencias, vamos a poner algunos ejemplos. Cuando te hablamos de deudas malas destacamos la compra de un coche o de una hipoteca, pero también otras deudas malas asociadas a las tarjetas de crédito y que son más habituales de lo que parecen.

Entre las deudas asociadas a las tarjetas de crédito destacamos el pago de las vacaciones, la compra de un televisor (puede que no tenga intereses pero quizás sí comisión de apertura), o cualquier préstamo al consumo que se amortice en un plazo superior a la vida del producto financiado.

Por otro lado, como ya te avanzamos, las deudas buenas son las que nos permiten ganar un extra de dinero gracias a haberlas solicitado. El mejor ejemplo para entenderlo, es la compra de una vivienda para ser alquilada, como inversión.

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2 comments

Alex Güemez 11 de noviembre de 2019 - 22:53

Excelente artículo,

Siempre he dicho que el pobre se crea deuda mala, mientras el rico se crea deuda buena, con el dinero del pobre.

Fintonic 12 de noviembre de 2019 - 17:52

¡Gracias por tu comentario Alex!

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