Tu start-up y tú: ¿cuánto cuesta ser emprendedor en España?

por Jesús Martínez
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“No lo hagas. Tus probabilidades de éxito son prácticamente nulas”. Esta frase o una similar es lo primero que ha escuchado todo emprendedor que se precie en despachos, bancos y oficinas al explicar su proyecto de negocio.

Nadie dijo que crear un proyecto desde cero fuera fácil, pero a día de hoy lo han conseguido más de 1.600 empresas.

Es el dato en  que aparece en SpainStartupMap, una página que actualiza en tiempo real el mundo de las start-us españolas. Incluyen una lista con más de un centenar de inversores – firmas de venture capital, angel investors, family offices– y decenas de tips sobre lo que podríamos denominar el ‘ecosistema del emprendimiento’ en España.

Si ha habido más de 1.600 proyectos que han salido adelante como start-up, ¿por qué no podría pasar lo mismo con el tuyo?

Fintonic, como buena start up de capital 100% español, ha recopilado todo lo que necesitas saber para dibujar tu propio mapa emprendedor. Será complicado, necesitarás dar el 150% de ti mismo, pero puede salir bien.

Cómo es el emprendedor español                   

Hombre, de entre 35 y 44 años –en otras palabras: con experiencia–, con formación superior y altos ingresos. Así es el emprendedor español de acuerdo con el informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) y el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE).

Más del 35% de los empresarios que empiezan están pasando la treintena y aunque la mayoría son hombres, la diferencia con las mujeres se ha reducido ligeramente en 2013. Es importante su preparación teórica: uno de cada dos han recibido en algún momento formación específica para emprender.

A pesar de la crisis, de la competencia, ¿quién dijo ‘miedo’?… Si algo caracteriza a los que empiezan su negocio es la valentía. De acuerdo con el mencionado estudio del GES, de marzo de 2014, cerca de la mitad de los españoles creen que el miedo al fracaso no supone un obstáculo para emprender.  Además, uno de cada tres conoce ya a un emprendedor que le puede servir de modelo, de referencia, a la hora de comenzar un negocio. La mitad de los encuestados cree que el emprendimiento es una buena alternativa laboral y que les puede llevar a un buen estatus social y económico.

Esto, ¿quién lo paga?

Vale. Tienes la idea, la ‘GRAN IDEA’, y sabes quiénes van a ser tus compañeros de viaje en esta aventura –lo primero es pensar en un director, seas tú o no, y un técnico con experiencia–, pero te falta ‘algo’ para empezar… Sí. Euros. Siempre son euros.

Seguro que has leído decenas de noticias y análisis sobre la llamada ‘Ley de emprendedores’, oficialmente la Ley 14/2013, y lo que supone para alguien que quiere sacar adelante un proyecto.

Entre sus puntos fuertes está la posibilidad de reducir los costes iniciales de los creadores de empresas, la intención de agilizar los trámites, impulsar el espíritu emprendedor en el ámbito educativo y promover la internacionalización.

¿Qué problemas prácticos deja en el tintero esta ley? Se trata de un texto legal complejo que apenas presta atención a los problemas de financiación. Tampoco está totalmente desarrollada la limitación de la responsabilidad del empresario.

Seguramente antes de pensar en las leyes, tu primera inquietud ha sido, ¿de dónde saco el dinero? En Fintonic han resuelto la pregunta más importante: ¿de dónde sacan el dinero, la ‘gasolina’, para sus negocios los nuevos empresarios?

Es cierto que ante la falta de financiación externa, los que tiene más fácil emprender son los que disponen de un mayor nivel de ingresos ‘previos’, cuentan los expertos del GEM y el CISE.

El 50% de los emprendedores que han empezado en los últimos meses su aventura empresarial ha necesitado una inversión de al menos 19.480 euros. De ellos, hasta un 40% ha aportado el 100% del capital ‘en solitario’.

Otra opción es el crowdfunding, la financación clectiva desinteresada, sin embargo el porcentaje de financiación informal para las start-ups españolas ronda un 3,2% del total.

La mayoría de las start up suelen combinar estas opciones de financiación, aportan ingresos propios y  consiguen el resto a través de la financiación externa bancaria o privada.

Retos y obstáculos

Si preguntas a un empresario qué es lo que menos le gusta de su nueva actividad, la respuesta será unánime: las trabas burocráticas y los múltiples impuestos.

Otro gran ‘caballo de batalla’ es el acceso a financiación, que los expertos consideran particularmente complejo para las empresas de nueva creación.

Si te decides a emprender tu negocio, debes echar un ojo a las subvenciones públicas. Puedes beneficiarte de ellas en función de tu sector, tu edad, experiencia… Eso sí, las ayudas implican un coste, ya que para obtenerlas tenemos que invertir nuestro tiempo esencialmente en burocracia. Además, las subvenciones suelen traer consigo la firma de varios compromisos –resultados, políticas de negocio– que tendrás que cumplir.

¿Qué hay de la financiación bancaria? Tendrás que negociar en la medida de lo posible el tipo de interés, las comisiones e incluso la contratación de ciertos productos bancarios para acceder a un crédito.

Necesitarás paciencia y una gran capacidad para convencer al director de la sucursal, especialmente en estos tiempos en los que tanto cuesta obtener créditos. Para amortiguar el riesgo que supone invertir en una empresa de nueva creación, suelen solicitar un elevado tipo de interés y una serie de garantías.

Si estás valorando decantarte por la financiación propia, primero has de saber si puedes permitírtelo. Para ello, te recomendamos contar con herramientas online, como Fintonic. Este servicio online te permitirá evaluar cuál es tu patrón de gasto y tu saldo neto real.

Un buen consejo a la hora  de emprender la búsqueda de financiación externa es aliarte con un buen socio, alguien con experiencia, y contactos, y en quién confíes para que te ayude a iniciarte.

La pregunta clave: ¿Esto funciona o no?

Hay varias ‘señales’ a las que debes prestar atención si quieres saber si te está yendo bien como empresario, empezando por la ‘casilla estrella’ en tus documentos contables: los beneficios.

¿Qué queda en vuestra cuenta después de hacer el balance entre ingresos y gastos? ¿Es un número en rojo?

Lo usual en una start-up es empezar en pérdidas… Aunque no es lo mismo un –100 que un –1.000.000. No olvides que existen herramientas online con las que podrás  organizar y monitorizar todos tus movimientos bancarios, como Fintonic.

No obstante, no olvides que si un negocio no es rentable, no es sostenible. No dejes de prepararte para la posibilidad de tener que echar el cierre, pero no dejes que un primer balance negativo te derrumbe.

Analiza si los gastos de tu start-up crecen más que los ingresos y por qué puede estar pasando. Si contratas a un nuevo equipo, o quizás a una sola persona, porque el trabajo va bien y es necesario, tu balance también lo notará, especialmente en los primeros meses.

No olvides revisar siempre qué facturas tienes pendientes de cobrar porque quizá te sorprendas del dinero que puede acumularse en esa partida. Además, recuerda que no siempre el mejor cliente es el que más te paga, sino el que genera más ganancias.

Aunque tu cartera de proyecto sea estable, llegará un momento en que necesitarás que crezca y se diversifique. Por eso es importante que nunca ‘congeles’ tus esfuerzos en marketing. Vigila constantemente a tus clientes potenciales: no saben que te necesitan, pero tú se lo harás entender.

Ahora sólo te queda hacer realidad esa idea que crees que puede ser tu medio de vida. ¿Estás preparado para volcarte en una start-up? ¡Adelante!

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