Qué es una cuenta inversión y cómo se usa

por Jorge Jimenez
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Una cuenta de inversión no es lo mismo que una cuenta bancaria. Es más, tampoco se utiliza de la misma manera. Por lo que, si te planteas crear una, te invitamos a descubrir más de cerca qué es, cómo se emplea y todo lo que necesitas saber:

Cuenta inversión: qué es y cómo se utiliza  

Una cuenta bancaria por definición es un tipo de cuenta de depósito o de ahorro que ofrece una entidad bancaria. El dinero que se deposita pasa a formar parte de las obligaciones o pasivos del banco, dado que lo emplea, “juega” con ese dinero.

Para entenderlo más rápidamente, es la cuenta bancaria de siempre, la convencional. Pero ojo, porque tampoco es lo mismo una cuenta corriente que una cuenta de ahorros (la segunda está pensada para depositar el dinero a largo plazo a cambio de un interés). Pero, ¿y la cuenta de inversión?

Qué es

En lo que respecta a una cuenta de inversión, estamos ante una cuenta que tiene como objetivo invertir dinero de los inversores mediante instrumentos bursátiles. Es decir, a diferencia de los otros tipos de cuenta, el cliente deposita dinero con el fin de invertirlo.

Estamos ante un tipo de cuenta que ofrece distintas entidades regulares (como Casas de Valores). A través de ella, el cliente que tenga interés en operar en distintos instrumentos de la bolsa, puede hacerlo.

Por lo tanto, es una cuenta que persigue una finalidad diferente, de ahí su nombre. Porque mientras en la cuenta bancaria se guarda el dinero y se garantiza un capital, en las cuentas de inversión tienes la posibilidad de incrementar más tu capital a cambio de un riesgo mayor. Son interesantes de cara a obtener rentabilidades altas a largo plazo.

Es decir, en un producto se busca seguridad y, en el otro, oportunidad. Son perfectamente complementarios.

cuenta de inversión

Características principales

En lo que respecta a las características de una cuenta de inversión, depende de la empresa que está detrás. Digamos que, puede estar asociada a distintas opciones en cuanto a bolsa y acciones. Por ejemplo, renta variable, renta fija, bonos o mixto. Además de otros activos.

Cuando el inversor adquiere una parte del fondo, pasa a ser un inversionista pasivo. Normalmente, es el gestor quien le gestiona la cartera a cambio de una comisión

Cómo se usa 

Una cuenta de inversión es realmente fácil de emplear, dado que a menudo el cliente no tiene que hacer nada. Si lo dejas todo automatizado en manos de un tercero, únicamente tendrás que preocuparte de hacer los ingresos recurrentes. Y, cada cierto tiempo, modificar el riesgo en base a distintos factores que hayan cambiado en tu vida (normalmente, se realiza un test). Todo esto sólo a cambio de una pequeña comisión.

Lo habitual, es que una persona que nunca invirtió en bolsa o similares empiece con un riesgo medio. Si esa persona es joven y tiene toda la vida por delante, puede optar a un riesgo superior. Mientras que, si la persona es mayor, es mejor que no arriesgue mucho, por si necesita disponer pronto de su dinero.

Al fin y al cabo, son instrumentos que están disponibles para los clientes que quieren invertir una parte de su dinero y buscan a un experto para que le gestione su cartera con el fin de obtener más.

Respecto al capital necesario, se recomienda hacer pequeños ingresos de manera recurrente. Lo ideal, es destinar cada mes un % de tus ingresos que no vayas a utilizar.

No obstante, en una cuenta de inversión puedes retirar tu dinero cuando quieras y pagar únicamente impuestos en función de las ganancias.

¿Te ha quedado alguna duda? ¡Pregúntanos que te echamos un cable! 😉

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