¿Cuál es el secreto para que el dinero no se convierta en un problema de pareja? Los expertos tienen una solución: comunicación. La honestidad y la transparencia son importantes al hablar de finanzas personales desde el primer día y sobre todo después de sentar las bases de una vida en común.
El dinero, un problema peliagudo
A grandes rasgos, se calcula que en España hay más de 22 millones de personas casadas y otros 5 millones de parejas que no están registradas oficialmente ni como matrimonios ni como parejas de hecho. Todas ellas tienen sus mejores y peores momentos, pero la estadística nos dice que 7 de cada 10 discusiones que tendrán será por dinero.
Quienes comparten cama acaban también siendo socios a un nivel financiero. Es importante conocer profundamente no sólo nuestra propia situación económica, sino también la de la persona con la que vamos a compartir nuestro día a día. Sólo sabiendo claramente cuál es el punto de partida en cada caso podremos hacer que la apuesta en común no naufrague.
Cuándo y cómo hablar de dinero
En otra ocasión ya hablábamos de los cinco errores más comunes que solemos cometer cuando establecemos una economía en común con nuestra pareja (sea del tipo que sea).Hay muchas maneras de introducir el tema, por eso, desde Fintonic hemos elegido cinco buenas prácticas que ayudarán a que las cuestiones pecuniarias no se conviertan en un quebradero de cabeza en vuestro día a día:
1) Hablad de vuestras finanzas al menos una vez a la semana. Debe convertirse en un ritual que no debería ocupar más de 30 minutos. Más que de hablar sin más, se trata de informar a la otra parte del esfuerzo económico que hace cada uno y revisar el reparto de gastos. Puede suceder que descubráis que uno de los dos sea especialmente bueno como administrador y el otro sea quien aporta más ingresos, por ejemplo. Revisad vuestras rutinas y si habéis cometido una ‘infracción’ en vuestro acuerdo, decidlo entonces: es el momento de ver cómo solucionarlo entre los dos.
2) No toméis ninguna decisión financiera sin consultaros el uno al otro. Esta regla se aplica con más énfasis cuanto mayor sea el importe de la compra o inversión que pretendamos hacer: jamás decidas comprar una lavadora nueva sin consultarle a tu otra mitad, y mucho menos dar la entrada de un piso o comprar un coche. Puede parecer una cuestión de sentido común, pero más divorcios de los que creemos tienen detrás este tipo de malas decisiones. Se trata de decidir juntos todo lo que esté relacionado con ingresos y ahorros; de formar un equipo.
3) Estableced metas de ahorro comunes y también individuales. Se trata de crecer y vivir juntos, pero quizá haya determinados objetivos muy personales que no podemos compartir plenamente con la otra parte. Que no contribuyamos a una meta concreta en igualdad no significa que no debamos poner al corriente al otro de que existe. Si uno de vosotros necesita renovar el móvil, por ejemplo, puede querer hacerlo sin tomar nada de vuestro fondo común. Lo que sí debe hacer es informar a su pareja de la situación y de cómo va a llegar a esa meta para que lo tenga en cuenta en vuestra disciplina de ahorro común, que podría resentirse durante un período.
4) No guardéis ningún secreto, ni ocultéis una deuda, por pequeña que sea. En demasiadas ocasiones no sabemos lo que está ganando nuestro partenaire porque no se lo preguntamos. Algunos, más aviesos, simplemente no quieren saberlo. Ésa es la fórmula más fácil para que la confianza en una pareja se vaya deteriorando: la comunicación, la transparencia y la aceptación de los errores propios y ajenos es la mejor manera de gestionar las finanzas en pareja. Todos hemos cometido errores financieros que se pueden solucionar.
5) Haced acopio de paciencia y sed comprensivos. Llegar a acuerdos y entenderse, en general, exige tiempo. Lo mismo sucede con los objetivos de ahorro: son carreras de media y larga distancia, no sprints. Estar al tanto en tiempo real de qué está pasando con vuestro dinero ayudará a que todo sea más sencillo. Una herramienta como Fintonic permite saber de cuánto dinero disponéis, cuánto aporta cada uno en cada momento y podréis seguir la evolución de vuestros gastos e ingresos desde donde quiera que estéis.