Una tarjeta de crédito es un medio de pago emitido por una entidad financiera que permite al titular realizar compras, retirar dinero o pagar servicios, con la particularidad de que el dinero utilizado no proviene directamente de la cuenta del usuario, sino de un préstamo temporal otorgado por la entidad emisora. El titular debe devolver el dinero utilizado en un plazo determinado, ya sea en su totalidad o a través de pagos fraccionados.

Las tarjetas de crédito tienen los siguientes componentes clave:

Límite de crédito: Es el máximo monto de dinero que el usuario puede gastar con la tarjeta.

Fecha de corte y fecha de pago: La fecha de corte es el último día del mes en que se registran las compras realizadas, y la fecha de pago es el plazo para devolver el dinero.

Tasa de interés: Si el titular no paga el saldo completo al final del ciclo de facturación, se aplican intereses sobre el saldo pendiente. Las tasas de interés pueden ser elevadas si no se gestiona correctamente la tarjeta.

Comisiones y tarifas: Algunas tarjetas de crédito pueden tener costos adicionales, como cuotas anuales, comisiones por adelantos en efectivo o por pagos tardíos.

El uso responsable de una tarjeta de crédito, como pagar el saldo completo cada mes y evitar gastar más allá de lo que se puede pagar, es esencial para evitar el endeudamiento excesivo y para construir un buen historial crediticio.