El Arte de la simplicidad: Cómo vivir mejor con menos

by Sara Jurado
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Vivimos en una era donde la acumulación de cosas parece ser la norma. Desde los armarios desbordados hasta los gadgets que compramos por impulso y luego olvidamos en un cajón. Sin embargo, en medio de este caos de consumismo, hay una tendencia creciente que invita a la reflexión: la simplicidad. Pero no me malinterpretes, no se trata de deshacerte de todo y vivir en una cueva, sino de aprender a vivir con menos para disfrutar más. ¿Te suena bien? Pues sigue leyendo, que te cuento cómo puedes mejorar tu vida con este enfoque.

1. ¿Por qué complicarse? La magia de lo simple

La simplicidad es un concepto poderoso. En un mundo que nos bombardea constantemente con mensajes que nos incitan a comprar más, hacer más y ser más, simplificar puede parecer una idea revolucionaria. Pero la verdad es que el ser humano ha vivido durante siglos de manera sencilla, y solo en las últimas décadas nos hemos complicado la vida innecesariamente.

La clave de la simplicidad radica en hacer espacio para lo que realmente importa. Al eliminar lo innecesario, podemos concentrarnos en lo que nos da alegría y sentido. Menos distracciones, menos estrés, menos cosas que mantener. Y, en su lugar, más paz, más tiempo para uno mismo, y más energía para dedicar a lo que realmente importa.

2. Deshazte del desorden: Menos es más

Uno de los primeros pasos para simplificar tu vida es hacer una buena limpieza. Y no, no hablo de barrer el suelo (aunque eso también ayuda), sino de deshacerte de todo aquello que no aporta valor a tu vida.

  • Ordena tus espacios: Seguro que has oído hablar de Marie Kondo y su método para ordenar la casa, pero más allá de doblar la ropa de forma curiosa, su mensaje central es que debemos quedarnos solo con aquello que nos hace felices. Así que abre esos armarios, saca todo lo que tienes y pregúntate: ¿esto me aporta algo? Si la respuesta es no, ya sabes lo que tienes que hacer.
  • Aplica la regla del 90/90: Un truco sencillo para decidir qué cosas guardar es la regla del 90/90. Pregúntate si has usado ese objeto en los últimos 90 días o si lo usarás en los próximos 90. Si la respuesta es no a ambas preguntas, es hora de decirle adiós.
  • Digitaliza tu vida: Los papeles, las fotos y los libros ocupan espacio. Pero hoy en día, casi todo puede digitalizarse. Guarda en la nube esos documentos importantes y libera espacio físico en tu casa. Eso sí, no te pases y termines con un caos digital. La idea es simplificar, no trasladar el desorden al ordenador.


3. Simplifica tus finanzas: Menos gastos, más libertad

La simplicidad no solo se aplica a las cosas físicas. Tus finanzas también pueden beneficiarse enormemente de este enfoque. ¿Quién no ha sentido alguna vez el agobio de revisar la cuenta bancaria y ver más gastos de los que recordabas? Vivir con menos también implica gastar menos y, por ende, tener más control sobre tu dinero.

  • Reduce gastos innecesarios: ¿Cuántas veces has comprado algo que realmente no necesitabas? Suscripciones que no usas, cenas fuera de casa por puro capricho o ropa que nunca te pones. Haz un repaso de tus gastos y verás que hay mucho que puedes recortar sin que afecte tu calidad de vida. Al contrario, reducir estos gastos te dará una sensación de control y libertad.
  • Ahorra automáticamente: Configura transferencias automáticas a una cuenta de ahorro. Así, sin darte cuenta, estarás guardando dinero cada mes. No tienes que complicarte, establece una cantidad razonable que no te suponga un sacrificio y deja que el ahorro crezca.
  • Evita las deudas: Vivir con menos también significa evitar endeudarse. Las deudas nos atan y limitan nuestra capacidad de disfrutar de lo que tenemos. Si ya tienes deudas, prioriza su pago, y una vez que estés libre de ellas, trata de no volver a caer.

4. Relaciones y compromisos: Calidad sobre cantidad

La simplicidad también puede aplicarse a nuestras relaciones y compromisos sociales. En la era de las redes sociales, es fácil sentirse abrumado por la cantidad de conexiones superficiales que tenemos. Sin embargo, no se trata de cuántos amigos tienes, sino de la calidad de esas relaciones.

  • Céntrate en lo que importa: Dedica tiempo y energía a las relaciones que realmente te aportan algo positivo. No te sientas mal por distanciarte de personas con las que ya no tienes nada en común o que solo te generan estrés. La vida es demasiado corta para malgastarla en relaciones tóxicas o vacías.
  • Aprende a decir no: Otro aspecto de la simplicidad es no sobrecargar tu agenda. Es fácil caer en la trampa de querer complacer a todo el mundo y acabar con compromisos que no te aportan nada. Practica el arte de decir no cuando sientas que algo no te interesa o simplemente te va a agotar.
  • Desconéctate: ¿Cuántas veces has pasado horas en redes sociales, saltando de una cosa a otra sin darte cuenta del tiempo que se ha ido? Desconectar de las redes, aunque sea por un rato cada día, te ayudará a centrarte más en el presente y en las personas que realmente te importan.

5. El tiempo: Tu recurso más valioso

El tiempo es el recurso más valioso que tenemos, y, paradójicamente, es el que más desperdiciamos. Vivir con menos no se refiere solo a lo material, sino también a cómo gestionamos nuestro tiempo.

  • Prioriza tus actividades: ¿Te has fijado en cómo el día se te va volando y no has hecho ni la mitad de las cosas que tenías en mente? Esto pasa porque a menudo llenamos nuestras agendas de tareas innecesarias. Haz una lista de lo que realmente es importante para ti y enfócate en ello.
  • Delega y automatiza: No todo lo tienes que hacer tú. Aprende a delegar tareas, ya sea en el trabajo o en casa. También puedes automatizar algunas cosas, como las compras recurrentes, para liberar tiempo para lo que realmente disfrutas.
  • Crea rutinas: Las rutinas no tienen por qué ser aburridas. De hecho, una buena rutina puede ayudarte a simplificar tu día a día y hacer que todo fluya mejor. Establece horarios para las tareas que no te gustan tanto y libérate para hacer lo que realmente te apasiona.

6. El impacto positivo de la simplicidad

La simplicidad tiene efectos positivos no solo en nuestra vida personal, sino también en el entorno. Al consumir menos, generamos menos residuos, reducimos nuestra huella de carbono y contribuimos a un planeta más saludable. Además, vivir de manera más simple nos ayuda a conectar con lo que realmente somos y con lo que realmente necesitamos, alejándonos del ruido del consumismo que tantas veces nos hace sentir insatisfechos.

7. El camino hacia una vida más plena

Vivir con menos no es una moda, es un estilo de vida que busca recuperar la esencia de lo que realmente importa. Al simplificar nuestras posesiones, nuestras finanzas, nuestras relaciones y nuestro tiempo, ganamos en calidad de vida. Y al final, ¿no es eso lo que todos queremos?

El arte de la simplicidad nos invita a reevaluar nuestras prioridades y a centrarnos en lo que realmente nos aporta felicidad. No se trata de renunciar a todo, sino de elegir conscientemente lo que nos acompaña en nuestro camino. Así que empieza hoy, da pequeños pasos hacia una vida más simple y verás cómo, poco a poco, descubres que vivir mejor con menos es posible y, además, muy gratificante.

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