Cómo negociar cuando se trata de dinero

por Jesús Martínez
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Se han escrito mucho sobre la ‘psicología de la negociación’; pero en Fintonic hemos decidido ser prácticos y recopilar 3 estrategias de negociación claves para nuestra vida cotidiana. Conseguirás lo que deseas aprendiendo cómo negociar cuando se trata de negociar con el dinero.

1)    Pedir un aumento de sueldo en tu trabajo

Ya hablábamos en otro artículo de algunas claves para solicitar una subida salarial, y de la necesidad de investigar el contexto antes de poner en marcha tu discurso; y ésta no es una excepción: evalúa la situación de la empresa y tu papel dentro de ella, y decide si realmente es el mejor momento para solicitar una revisión salarial.

Una de las claves para convencer a un director de que debe subirte el sueldo es explicarle exactamente qué haces y por qué eres importante estando donde estás. Si crees que mereces más por el trabajo que haces, debes ser muy claro explicando por qué, y por qué ahora. La idea de llevar tus reivindicaciones por escrito puede serte muy útil; aunque no se las entregues a tu jefe, pueden servirte de guión.

Puede suceder que la conversación derive en un desacuerdo, pero eso no significa que nadie deba usar un tono desagradable. Hay que prepararse para un ‘no’, porque pensar que vamos a recibir un ‘sí, claro, ¿cuánto te gustaría cobrar?’ no es muy realista. Cuando recibas ese ‘no’, no te des por derrotado y úsalo como elemento de punto de partida de la conversación, no su final.

Escuches lo que escuches, no lo tomes como un asunto personal: nadie tiene nada contra ti en esa empresa. No dejes nunca de ser educado y proactivo en tu argumentación, y recuerda que las negociaciones no son personales.

Hay dos asuntos que sería bueno poner sobre la mesa en esta negociación:

– Enumera qué han supuesto tus contribuciones a la compañía y cómo se han traducido para la empresa en términos de beneficios

– Establece tu valor de mercado, con tu currículum como guía: ¿es adecuado tu sueldo para alguien que se ha formado durante X tiempo, con experiencia en determinados campos? Es lo que se denomina un estándar objetivo ‘de justicia’

Si recibes una negativa, solicita una nueva evaluación en un tiempo prudencial, de seis meses, por ejemplo. No olvides poner esa solicitud por escrito a tu departamento de RRHH.

2)    Negociar las condiciones de un nuevo empleo

Los procesos de selección para un empleo siempre generan una cierta incertidumbre, incluso ansiedad, que no desaparece ni cuando culminan con un ‘sí’. No debemos dejar que la euforia por ser ‘el mejor’ de entre todos los seleccionados nos distraiga de una segunda fase: la de negociar las condiciones del puesto, desde los horarios a los honorarios.

Cuando la empresa nos pone sobre la mesa una cifra –lo usual es que nos hablen en términos de euros brutos al año– y consideramos que cabría mejorarla, debemos ser sutiles, pero firmes en nuestro propósito. El hecho de ingresar 3.000 o 5.000 euros brutos más al año puede suponer la diferencia entre una economía doméstica ajustada o acomodada, y de nosotros depende ‘lucharlo’.

Nuestro nuevo empleador ya nos conoce: nos ha entrevistado y nos ha elegido. Llega el momento de demostrarle de una forma clara que somos dignos de respeto, atención y –por qué no– de un buen salario.

El peor error que podemos cometer es no prestar atención a qué estamos negociando, aunque ya nos hayan dicho que nos contratan. No estamos hablando de dinero con nuestro futuro jefe, sino con el departamento de Recursos Humanos, así que no podemos usar exactamente las mismas ‘armas’ que en el epígrafe anterior.

– Si un reclutador nos pregunta por nuestro salario ideal, no demos una cifra a la baja, pecando de humildad, ya que nuestra nueva empresa lo grabará en piedra. Será muy difícil negociar al alza si llega el momento.

– Si no tenemos un sueldo en mente, podemos posponer esa conversación para pensarlo; la clave está en actuar como si tuviéramos decenas de ofertas de trabajo aparte de ésa, sin caer en la soberbia, sea o no cierto. Tiene que ser al menos verosímil.

– Lo mejor forma de calcular cuánto dinero necesitas es usando la app de Fintonic. Con ella verás en un solo lugar toda la info de tus bancos y tarjetas organizada por categorías: supermercado, ropa, gasolina… Y verás con un par de clicks cuales son tus gastos mensuales recurrentes y lo que te queda para ti. Así es más sencillo saber cuánto dinero necesitas sin pasarte con tu petición.

Las empresas tienden a ‘blindarse’ cuando nos ofrecen unas condiciones, pero está en nuestros manos hacerlas más permeables y flexibles. No sólo podemos pedir un buen salario; permanezcamos abiertos a posibilidades como la formación, unas vacaciones extra o tener libres los viernes por la tarde, por ejemplo.

3)    Comprar un coche… O una casa

En el día a día nos enfrentamos a muchas pequeñas decisiones de compra que podemos solventar casi sin problemas, pero hay dos de ellas que necesitarán nuestra mayor atención: la compra de un coche y la decisión de adquirir una casa, ya sea en régimen de alquiler o en propiedad.

Cuanto más capital invertimos en un bien, mayor es nuestro compromiso con su posesión y su conservación. Por eso tenemos que entregarnos a una fase de investigación de mercado a fondo que nos indique cuál es ‘el precio justo’ por aquel vehículo que queremos comprar o por esa casa en el corazón de nuestro barrio favorito.

Hay que aprender a leer entre líneas cuando encontremos una oferta. Ante el truco del vendedor de ‘sólo disponible hoy’ o ‘sólo por un tiempo limitado’, puede ser una buena idea esperar más allá del período. Sí, nos arriesgamos a perder esa oferta, pero también puede darnos margen de maniobra, ‘aire’, para conseguir algo mejor una vez pase la ‘oferta explosiva’.

Otra táctica clásica en ventas es la del ‘poli bueno, poli malo’, ésa que se resume en un “tengo que hablarlo con mi superior”. Al volver, suelen decir “ya era una buena oferta; si la mejoro, me despiden” o algo similar. ¿Qué podemos hacer los compradores? Usarla también, y decirles “vale, lo hablaremos en familia, volveremos en unos días”, e irnos tranquilamente. La experiencia nos dice que las ofertas tienden a mejorar con el tiempo.

Centrándonos en las viviendas, probablemente constituya el mayor desembolso económico que vas a tener que hacer en tu vida, ya sea en forma de hipoteca o de mensualidades de alquiler.

– La elección del que será nuestro hogar tiene una parte emocional, pero en este caso no debemos dejar que los sentimientos se impongan.

– En este caso no podemos aplazar demasiado una decisión de compra, ya que este mercado es mucho más volátil que el de los coches, por ejemplo, y si encuentras una buena oferta, es mejor que lo valores con más agilidad.

– Tenemos que ser inflexibles con nuestro presupuesto: si podemos pagar X para mantenernos en una posición sana financieramente hablando, no debemos arriesgarnos a comprometernos con una cantidad X+1 por mucho que nos hayamos ‘enamorado’ de una casa.

Todas estas estrategias de negociación se apoyan en un principio común: debemos ser firmes a la hora de fijar nuestros objetivos. Recuerda que si tienes dudas de qué aumento de sueldo necesitas, o cuánto puedes invertir al mes en pagar los plazos de tu coche o tu hipoteca, no dudes en ‘volcar’ tus números en la aplicación de Fintonic: podrás ver de un solo vistazo en qué conceptos gastas más y menos cada mes, y estar al tanto de la evolución de tus finanzas en tiempo real.

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