El patrimonio neto es la diferencia entre los activos y pasivos de una persona, empresa o entidad. Es una medida clave de la situación financiera, ya que indica cuánto valor posee una entidad después de liquidar todas sus deudas. En términos simples, si una persona o empresa vendiera todos sus activos y pagara todas sus deudas, lo que quedaría sería su patrimonio neto.

En las finanzas personales, el patrimonio neto incluye activos como bienes raíces, vehículos, inversiones y efectivo, menos las deudas como hipotecas, préstamos estudiantiles o tarjetas de crédito. Un patrimonio neto positivo significa que los activos superan a los pasivos, mientras que un patrimonio neto negativo indica que las deudas son mayores que los activos.

En las empresas, el patrimonio neto, también conocido como capital o fondos propios, representa la porción de los activos que pertenece a los accionistas después de deducir todas las obligaciones. Se calcula sumando las inversiones iniciales y las ganancias retenidas. Las empresas con un alto patrimonio neto suelen ser vistas como financieramente estables.

El patrimonio neto puede aumentar mediante la apreciación de los activos o la reducción de las deudas, lo que refleja una mejora en la salud financiera.