Aunque la economía española ha superado los niveles pre-pandemia en indicadores clave como el PIB per cápita, el consumo privado sigue rezagado. En un reciente análisis de BBVA Research, liderado por Rafael Doménech, se expone cómo el consumo per cápita aún no alcanza las cifras de finales de 2019. Esta divergencia entre crecimiento económico y gasto de los hogares revela patrones de consumo que van más allá de los simples números y reflejan cambios profundos en el comportamiento de los consumidores españoles.
¿Por qué consumimos menos y ahorramos más?
Un vistazo a los datos muestra que el incremento en la renta y la riqueza está más concentrado en la población de más de 65 años, un grupo que, por naturaleza, consume menos y prefiere ahorrar. Esta tendencia es preocupante porque refleja una desigualdad generacional: los mayores, que ya han consolidado su posición económica, son los principales beneficiarios de esta mejora, mientras que los jóvenes, que enfrentan dificultades para alcanzar una estabilidad económica y para acceder a una vivienda, encuentran cada vez más obstáculos. Esto plantea una pregunta sobre cómo podemos crear oportunidades más equitativas, especialmente para las nuevas generaciones.
En paralelo, los patrones de consumo de la población migrante –que ha sido la principal fuente de crecimiento de la población activa desde 2021– también influyen en la demanda agregada. Muchos migrantes tienden a ser más cautelosos, destinando una parte importante de su renta al ahorro o al envío de remesas a sus países de origen. Este comportamiento, que refleja un fuerte vínculo con sus familias y comunidades, también es una respuesta lógica en un contexto de inestabilidad económica. Al entender mejor estas dinámicas y apoyar el bienestar financiero de esta población, podemos contribuir a una economía más inclusiva y dinámica.
Factores de incertidumbre que frenan el consumo
Otro obstáculo que limita la recuperación del consumo es la incertidumbre regulatoria y tecnológica. La falta de claridad en políticas relacionadas con sectores clave, como la transición hacia el vehículo eléctrico, ha generado dudas entre los consumidores, que optan por posponer decisiones de compra importantes. Muchos españoles se resisten a adquirir un coche nuevo, no solo por la inversión significativa que implica, sino también por la falta de una normativa estable y la percepción de que esta tecnología aún es inmadura. Esto no solo afecta al sector de automoción, sino también a otros mercados donde el consumidor prefiere esperar antes de comprometer su dinero.
Aunque en los últimos meses la inflación y los tipos de interés han mostrado signos de calma, el acceso a la financiación sigue siendo un reto para muchas personas. En Fintonic, sabemos que ayudar a nuestros usuarios a acceder a la financiación de manera responsable y transparente es crucial. Es un foco clave de nuestro trabajo porque, sin un acceso adecuado, muchos hogares no pueden realizar los proyectos o adquirir los bienes que necesitan para mejorar su calidad de vida.
Nuevos patrones de consumo en una economía que cambia
El escenario actual apunta a una transformación en los patrones de consumo en España. Con una población cada vez más envejecida, es probable que el ahorro siga ocupando un lugar prioritario en las decisiones financieras de muchos hogares. Además, la digitalización y la automatización están facilitando el acceso a herramientas financieras que permiten controlar y cuidar el dinero de manera más eficiente, lo que también puede llevar a decisiones de consumo más calculadas.
Por otro lado, en un contexto de cambios económicos y sociales, se hace cada vez más necesario que los reguladores y el sector privado trabajen en conjunto para reducir la incertidumbre y fomentar un entorno donde los consumidores se sientan seguros para gastar. Aumentar la confianza de los consumidores, ya sea mediante políticas de estímulo, incentivos para la compra de bienes duraderos o clarificaciones regulatorias, puede ser clave para revitalizar el consumo privado y, con ello, contribuir al crecimiento económico sostenible.
Conclusión
La recuperación del consumo privado en España no es simplemente una cuestión de tiempo, sino de adaptación a nuevos comportamientos y estructuras sociales. Los datos de BBVA Research son un recordatorio de los desafíos que enfrentamos, pero también una invitación a repensar las estrategias para estimular el gasto en un contexto donde el ahorro y la prudencia predominan. La clave estará en encontrar ese equilibrio entre estabilidad y estímulo que permita a los hogares españoles consumir con confianza, sin perder de vista la necesidad de cuidar de su bienestar financiero a largo plazo.