La tasa de interés es el porcentaje que un prestamista cobra por prestar dinero o el que un inversor gana por depositar o invertir su capital. Es uno de los conceptos clave en el ámbito financiero, ya que afecta tanto a individuos como a empresas y gobiernos.

Las tasas de interés pueden ser:

1. Fijas: Permanecen constantes durante todo el período del préstamo o inversión. Este tipo de tasa proporciona estabilidad, ya que el prestatario o inversor conoce de antemano cuánto pagará o recibirá.

2. Variables: Fluctúan en función de las condiciones del mercado, como la inflación o las políticas monetarias del banco central. Aunque pueden ofrecer tasas iniciales más bajas, las tasas variables conllevan más riesgo, ya que pueden aumentar con el tiempo.

Las tasas de interés influyen en la decisión de endeudarse o invertir. Por ejemplo, en un entorno de tasas altas, los préstamos son más costosos, lo que puede frenar el consumo y la inversión. En cambio, las tasas bajas tienden a estimular el gasto y la inversión al reducir el costo del crédito.